domingo, 30 de agosto de 2009

Latinoamérica: cuando sólo interesa el poder

latioamerica y poder
En la Latinoamérica que conozco, o al menos en aquella de estos tiempos, parecería que lo único que importa es el poder por el poder.

Es decepcionante ver a nuestros políticos, quienes, en su gran mayoría, se aferran a la silla presidencial, o a su oficina presidencial, simplemente para detentar el poder y gozar de los privilegios y dones que le ofrece tan ansiada posición.

De verdad que nuestros políticos, algunos más que otros, pueden haber llegado con sanas intenciones al mando de un país, pero una vez ahí se les ha nublado la vista y sólo les ha empezado a crecer el ego. Es una pena decirlo, pero es así.

Quizás en otras regiones del planeta, las cosas no sean muy distintas, o quizás si, pero en latinoamérica, los políticos, y me refiero a todos los que terminan sentados en las sillas del poder, les guste o no la sindicación de políticos, que lo son, dejan de ver la vida como el resto de sus ciudadanos. Se convierten en EL ciudadano, El unguido, El salvador, El mesías, El único. Dios nos libre de estas personas, pero hoy pululan y en exceso en estas tierras.

Si latinoamérica vivió penosas épocas con el uso y abuso de la fuerza por parte de los militares, hoy, la situación ha cambiado botas por vetos. Dueños y señores de un país, son los que al mejor estilo gangsteril, son capaces de movilizar todo el aparato de un Estado, para usarlo en su servicio y beneficio. Nadie puede merecer después de ellos la oportunidad de conducir los destinos de ese país.

Algunos "demócratas" y "revolucionarios" prefieren que la revolución y el cambio mueran antes que morir ellos. Prefieren que sus pueblos sufran hambres, miseria y aislamiento antes que ceder ellos. Pero, por Dios, que desarreglo funcional u orgánico tienen en el cerebro o en el alma estos sujetos para sentirse dueños de la vida de millones de personas.

Y los ejemplos que se pueden citar, son cada vez más numerosos, parecería que no sólo hay una epidemia de gripe porcina en el mundo, sino que esta, está cocinando el cerebro de varios. Muchos se creen insustituibles y enviados por Dios para sacar del atraso a sus pueblos, y los terminan atrasando y barbarizando más.

¿Acaso no se dan cuenta?, o sólo interesa ser y tener uno y sólo para uno? Cuál es la maldición que se cierne sobre Latinoamerica, qué, con contadas y muy rescatables excepciones, de estar en malas manos, cae en peores.

No doy nombres, pues no hace falta, cada quién sabrá a quién me refiero, o a quién subsumes en esa condición.

Es cierto que los demócratas de estas tierras en su mayoría no supieron conducir a sus Estados, y no pudieron llevar progreso y bienestar para sus grandes mayorías. Es cierto que remozaron instituciones y pretendieron actuar en un plano de desarrollo, pero evidentemente su fracaso fue tan desastroso que del cajón en el que se metieron, nadie, ni ellos mismos los sacará.

Salimos de la dictadura de los setentas, y por un breve momento gozamos de la democracia en los ochentas y noventas, pero los modernos dictadores del siglo XXI supieron revestirse de democracia, y hoy gobiernan como verdaderos fascistas. Baste recordar los cuatro pilares fundamentales de éste y aplicarlo en lo que se ve hoy para verificar la afirmación.

Latinoamérica no aprendió nada de su pasado, pero, en el futuro, cuando pueda liberarse de las modernas cadenas que le imponen sus "Elegidos", y sepa distinguir con más claridad de los que buscan el poder por el poder, y de los que lo pretenden auténticamente para beneficio y provecho de su tierra, -suponiendo que este tipo de personas existan-, logre finalmente, el tan deseado desarrollo, progreso y unidad de sus pueblos.

Mientras tanto, en Latinoamérica sólo interesa el poder.

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